¿Cómo es tener coronavirus? testimonio inédito proveniente de Santa Ana

santa ana Crónica realizada a partir de lo contado por un joven de Santa Ana con transmisión positiva de Covid 19.

Hace más de cien días que comenzó la cuarentena en nuestro país, un tiempo antes veíamos con lejanía y despreocupación aquello que pasaba primero en China con gran avance en Europa. Hoy vivimos una realidad que pocas veces imaginamos.

Laureano es oriundo de Santa Ana y el jueves pasado le confirmaron que era positivo en Covid 19. “Sabía lo que se venía” refirió el joven que accedió a contarnos su vivencia. Todos los días recibimos información proveniente de la macroestructura de esta pandemia, pero más que estadísticas y números, son personas, entrerriano/as que contrajeron un virus esparcido en todo el mundo a pocos kilómetros de nosotros/as

El 20 de junio, el Día del Padre que para muchos fue nostálgico y diferente este año, para Laureano fue el Día 1 de todo. Se levantó con un fuerte dolor de garganta que- si bien venía desde el viernes anterior- se había agudizado. “Yo no le había dado importancia, generalmente me pasa con el cambio de clima o con algún resfrió” explicó. Pero esta vez era distinto: ese domingo le avisaron que Julián, un compañero con el que había estado Laureano, fue llevado de urgencia la noche anterior al Hospital Santa Rosa de Chajarí con un pico de fiebre. Los rumores del virus en el pueblo de Santa Ana comenzaban a circular cada vez más y con mayor ímpetu. Esa mañana, en el mismo momento en que se agudizó su dolor de garganta, el hisopado de su amigo dio positivo. “Sabía lo que se venía” contó.

Laureano, quien fue inmediatamente localizado por las autoridades sanitarias al confirmarse su contacto, ya se encontraba realizando un aislamiento preventivo por voluntad propia desde el comienzo de dicho fin de semana. Como se forma una bola de nieve, él también se comunicó con las tres personas que habían tenido contacto con él para advertirles de la situación. “Yo les dije que se quedarán en sus casas, porque creía tener el virus. Les conté que había estado con Julián y que él había dado positivo” relató. Ese miedo de portar lo que da pavor social y que afecta a millones de personas, de transmitirlo a quienes queremos, es lo que llevó a este joven a decir “me quedo quieto porque tengo algo mal, en una pieza para no contagiar a nadie”.

La jornada del lunes fue más alarmante: Laureano se despertó con dolor de cabeza, con dolor en los ojos “como cuando forzás la vista” y con 37,5 de fiebre en la madrugada. El martes ya no tenía olfato ni gusto: no sentía nada. “Mi mamá me daba para oler café, alcohol, vinagre, esencia de vainilla” recordó el joven y describió que “le dolía todo el cuerpo” y la fiebre no cesaba.

El día miércoles lo derivaron al Hospital Santa Rosa junto a otro joven que presentaba síntomas similares a los suyos. Laureano destacó la labor de todo el personal de la institución: “la atención de la gente fue impresionante, increíble. Es para sacarse el sombrero” subrayó.

Cuando el enfermero se acercó para hablarles de la situación y del hisopado, el joven cuenta que vivió la preocupación más grande de todos estos días. “Me habían dicho cómo era y la verdad que para mí fue lo más horrible de todo esto” confesó. Detalló la impresión y el dolor de tener los hisopos dentro de su garganta y casi “hasta en su cabeza”.

Pasados tres días de aislamiento en el Hospital y confirmado el contagio luego del resultado de Covid 19, Laureano fue trasladado a las termas de Chajarí, donde cumplen el aislamiento los casos confirmados del pueblo. Allí se encuentra en un bungalow junto al joven que ingresó en el mismo momento al Hospital y también dio positivo. Ambos están asistidos por dos enfermeras las 24 horas del día que se hospedan en una cabaña próxima, cumpliendo con todos los cuidados sanitarios correspondientes. Los médicos y psicólogos los llaman y establecen videollamadas frecuentemente para controlar su salud y su estado anímico ante tamaña situación.

Coronavirus: Desde China hasta Santa Ana

En relación a cómo vivió la población de este pueblo de tan sólo mil habitantes (sin contar las colonias) el brote del virus, todo cambió después de que los dos jóvenes dieran positivo en Covid 19, momento en el cual el intendente decidió cerrar de forma completa el territorio. “Ya éramos siete personas que lo teníamos en Santa Ana, lo que es un montón para este pueblito” dijo el joven y admitió que en la ciudad las medidas de precaución y cuidado no tenían vigencia. “Todos nos conocemos, nos tenemos confianza. Y sí, tomábamos mate. Pensamos como pueblo chico que nunca iba a llegar el virus, cómo iba a llegar desde Buenos Aires”.

Al confirmarse los primeros casos, la gente sabía que el virus se iba a propagar rápidamente y la actualidad lo confirma: al momento de esta entrevista, Santa Ana contaba con 37 casos detectados de coronavirus, número superado en las últimas jornadas. “Esto va a seguir, no presenta signos de acabar” dijo alarmado.

“El virus no es mucho para mí porque soy joven, estoy bien física y psicológicamente, pero me afecta estar lejos de mi familia” manifestó Laureano. Su madre, su padre y su hermano también se encuentran aislados, comunicándose con él todo el tiempo para saber cómo se encuentra.

Sus síntomas fueron disminuyendo de a poco, aunque el dolor de garganta se mantiene constante. “Lo que más quería recuperar era el gusto y el olfato, son frustrantes esos síntomas, (…) yo comía un caramelo y parecía una piedra”.

Laureano reflexionó sobre situación particular y sobre todo lo que está ocurriendo a nivel mundial: “Esta pandemia va a parar cuando tomemos conciencia de lo grande y compleja que es. A veces eso ocurre recién cuando la padecés y muchas veces es tarde”.

Fuente: Realidad Regional – 7páginas

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