En Paraguay se proveía de droga, en Uruguay se descargaba y Argentina funcionaba como abastecimiento logístico aéreo.
En lo que fue la lluvia narco más significativa de los últimos tiempos para la región, autoridades de la República Oriental del Uruguay revelaron cómo detuvieron a 17 personas en departamentos de Canelones, vinculadas a la descarga por aire de 409 kilos de pasta base, con un alto potencial para transformar en cocaína y luego exportar a Europa, un lote valuado en 7 millones de dólares.
La droga, literalmente, caía del cielo: una avioneta la arrojaba en pleno vuelo a un campo en el área de Artigas. El caso, iniciado por un reporte de la DEA, la Drug Enforcement Agency americana, tenía lazos evidentes con Argentina. Los investigadores orientales supusieron que esa avioneta, por su plan con una matemática de tiempo de vuelo y distancia, solo podría haber salido del país, puntualmente desde Entre Ríos.
Y así fue. En las últimas horas, tras una investigación de la fiscal federal María Josefina Minatta con asiento en Concepción del Uruguay y la PROCUNAR, el ala que investiga delitos de narcotráfico con su par Diego Iglesias, el juez Pablo Sero, ordenó a Gendarmería allanar un hangar y pista de aterrizaje en la zona de ruta provincial 22. En los procedimientos se encontraron documentos clave como libros y hojas de vuelo, más de 53 mil dólares, dos teléfonos satelitales y un GPS aeronáutico.
Así, con el vecino país convertido con sus puertos en un nuevo punto caliente de la exportación global de cocaína -un negocio sumamente lucrativo que convierte un kilo de 3 mil dólares en 30 mil euros-, la Argentina se convierte no solo en un punto de paso, sino en un engranaje operativo del esquema.
En rigor, la investigación comenzó en mayo. La Justicia uruguaya contaba con un dato clave: la matrícula de la avioneta detectada en Artigas, que estaba registrada en Argentina. Le transmitieron este dato a las autoridades locales, lo que inició la causa con una doble presentación de Gendarmería y la Aduana a la Justicia federal.
De esa manera, se detectó que la aeronave de la matrícula entregada es de la marca Cessna, modelo P120N y fue transferida el 6 de octubre de 2020 a nombre de un argentino, de 49 años de edad, dueño de un local de caza y pesca en Concordia, con un domicilio registrado en la ruta provincial 22 -a la altura de General Campos-, dedicado también en los papeles al alquiler de maquinaria, que cobra una Asignación Universal de acuerdo a datos de la ANSES, con varios miles de pesos en cheques rechazados por falta de fondos. El hombre parece ser un viajero: según datos de Migraciones, registra 9 entradas a Brasil, 12 a Paraguay y 98 a Uruguay, la mayoría en cuatro autos distintos.
La avioneta había sido ofrecida en Facebook por un comerciante a 209 mil dólares, sin comisión. Sin embargo, el valor de venta declarado a la AFIP por el hombre de Concordia fue de 2 millones de pesos: el total, a cambio libre, hubiese llegado a más de 17 millones.
En el domicilio de General Campos también está radicada una SRL dedicada, en teoría, a la fumigación aérea. Allí fue donde ingresó Gendarmería a allanar, con un hangar pintado de verde y una pista blanda de aterrizaje de 700 metros. En este lugar, una vigilancia encubierta detectó la aeronave Cessna reportada por Uruguay, así como una Beechcraft Baron bimotor estacionada en el lugar.
También, se detectó el último viaje a Uruguay del hombre del hangar, ocurrido a mediados de enero, con otros dos argentinos también sospechosos en la causa. Se observó en una segunda vigilancia una tercera aeronave en la pista del hangar de General Campos, blanca y con bandas azules, con un supuesto ingreso ilegal. Está ligada, de acuerdo a seguimientos de redes sociales, a un hombre de Canelones. Otro de los sospechosos ligados al hombre del hangar, compañero de sus viajas a Uruguay, trabaja como instructor de vuelo en una escuela bonaerense.
La avioneta Beechcraft fue encontrada en el allanamiento de Gendarmería, pero no la Cessna. La Beechcraft, sin embargo, es un cabo suelto: según información desde la Fuerza Aérea Uruguaya, no posee registros migratorios hacia nuestro país en el último tiempo, lo que hace suponer que entró de forma ilegal a la Argentina. Poco después, Uruguay remitió fotos aéreas que mostraban que la Beechcraft blanca y azul también realizó las bajadas de droga en Artigas.
Así, fue incautada: el hombre del hangar se encuentra imputado junto al instructor de vuelo y otros cuatro cómplices. A quién responden, si son los dueños de la pasta base o simples transportistas de lujo, es otro interrogante.
Fuente: Infobae / Federico Fahsbender