Por momentos, la voz se le quiebra y asoma un llanto. Pero enseguida se sobrepone. Describe realidades muy dolorosas en las barriadas por las que camina a diario, pero también identifica signos de esperanza y está convencido de que Concordia puede revertir sus problemas más graves… Claro que, para ello -dice- hay que “poner el cuerpo” y, además, declarar la emergencia y actuar ya.
El que habla es el cura Néstor Toler, párroco de Nuestra Señora del Valle, uno de los presbíteros que inspiraron el comunicado dado a conocer este miércoles, en el que reflexionan acerca de los hechos de violencia en la capital del citrus.
– ¿Cómo nació la idea de salir todos los sacerdotes juntos a expresarse a través de un documento? -fue la pregunta que abrió el diálogo con el programa Despertá con Nosotros por Oíd Mortales Radio.
– Hoy justo es el día de las «candelas», de las antorchas. Pensaba que estamos poniendo en alto, sosteniendo encendidas las antorchas que nos legaron Andrés Servin, Jorge Odiard y todos estos curas que amaron a Concordia, como un papá sufre la vida de su hijo. Creo que a nosotros nos está doliendo el barrio, nos está doliendo la Concordia profunda.
“No podemos seguir emparchando”
Visiblemente conmovido, Toler enseguida trajo a colación una de las tantas situaciones durísimas que le ha tocado atravesar como pastor. “¿Te acordás del colectivero que recibió el balazo en la frente (en referencia a Eric Junco)? A mí me tocó estar abrazando la realidad desde el dolor. Porque uno a todo lo que ocurre lo puede ver como noticia, como una noticia más, hacer todo el análisis que quiera, pero cuando te toca ponerle el corazón es muy fuerte esto, ¿no?”, dijo, y no pudo seguir hablando.
Tras algunos segundos con la voz quebrada por la emoción, el Padre Toler recuperó fuerzas para seguir hablando y decir -a quien quiera escuchar- que urge reaccionar, dejar de emparchar. “Uno está involucrado, va viendo con esperanza cosas muy lindas, pero esto acá y ver una sociedad que está como ocupada en otras cosas y no comprometida en lo importante, duele… Porque es posible un cambio. Estamos a tiempo, pero necesitamos, como cuando te detectan una enfermedad grave… No podemos seguir emparchando. Abajo del parche sigue el problema y tarde o temprano vuelve porque no hacemos las cosas con la profundidad que merecen”.
“Se necesita tomar una decisión drástica, declarar la emergencia”
El párroco de Nuestra Señora del Valle sabe que los esfuerzos de la sociedad civil, aunque importantes, no alcanzan sin un Estado realmente comprometido. “Además de los pastores evangélicos, tal vez las escuelas, alguna ONG o alguna propuesta particular, la Iglesia está conteniendo, desde el compromiso en el barrio… Pero aparte de todo eso, es muy poquito lo que se está haciendo. Por eso, esto está como a la deriva y sugerimos declarar, como cuando un incendio o esta sequía supera las posibilidades de los privados de responder, la emergencia. Porque en Concordia estamos al borde de algo mucho más grave, porque realmente nos supera a todos. Hay que ponerle el cuerpo a esto y me parece que se necesita tomar una decisión drástica de parte del gobierno, para que nos unamos todos en ese camino; declarar la emergencia es fuerte, pero es la realidad desde los barrios la que nos mueve a solicitarla”.
Mirar desde las periferias
Retomando aquello que planteó el Papa Francisco desde el comienzo de su pontificado, mirar desde las “periferias”, Toler plantea que “si uno mira Concordia desde el turismo, desde el centro, desde la costanera, es una ciudad floreciente, pero mirarla desde los barrios es otra cosa”.
El sacerdote relató una vivencia reciente, que reafirma la urgencia absoluta de comprometerse con los niños más pobres. “Hace un año estamos trabajando en el Barrio José Hernández con una presencia permanente, martes a martes y durante la semana en otras actividades. El último martes llevamos a los niños en auto a la costanera a jugar, algo muy básico. Y en el viaje, dos de los cuatro que me tocó llevar a mí, me dicen ‘Padre, yo cuando sea grande quiero ser policía’… Ellos están soñando, tienen ideales, sueñan con otra Concordia. Pero el problema es cuando uno de esos chicos llegue a los 13 años y uno de estos le proponga la droga como camino, o antes de los 13 porque hoy ocurre a los 8 o 9 años… hay un trabajo que se viene haciendo desde el compromiso, trabando en equipo y comprometidos; ahora tenemos 16 mamás en el barrio San Miguel, haciendo ‘Manos a la obra’, y van con sus hijitas. Esas mamás están aprendiendo albañilería. Todo con el compromiso de algunas empresas que se sumaron y de gente de la comunidad, y todo gratuito…. Ni plata necesitamos. Eso es lo que se está haciendo desde las bases, pero lo otro, que es el homicida y a veces gente rica, el narco de guantes blancos, todo eso hay otros que tienen que ser operativos. Tiene que ser política de Estado ver cómo abordamos este barrio y vamos por otro despacito”, enfatizó.
“Hay que ponerle el cuerpo a esta realidad -insiste-. Como decía Albino, tener valores que no se negocian, tener sueños y poner el cuerpo, con responsabilidad. Es lo que sostiene viva la esperanza porque vas viendo, en lo chiquito, como este nenito que sueña con ser policía, que es posible un cambio”.
“Nos falta decisión para involucrar la vida en esta causa”
– Servin decía que en Concordia habíamos caído tan bajo en el debate público que sólo teníamos «ideologías en frasquitos». ¿Si nos limitamos a achacar culpas en un año electoral, de nada servirá para encontrar caminos concretos de solución?
– Totalmente. Porque no hay un diagnóstico serio de la realidad de cada barrio. Es como la medicina. O como dijo el Papa Francisco con este tema del Covid. ¿Cómo se pudo ser tan operativo ante una pandemia que podría haber arrasado y se la consiguió poner a raya? Francisco nos dice que la guerra nace del corazón del hombre y es mucho más difícil manejarla. Estas ideologías en frasquitos a las que aludía Servin tienen que ver con que no tenemos grandeza de corazón y nos falta decisión para involucrar la vida en esta causa”.
“Me duele -siguió-, y por eso me daban ganas de llorar, porque pareciera que hay quienes no aman Concordia, o como dice el mensaje ‘¿Dónde está tu hermano?’. Es muy fuerte ese pasaje bíblico porque dice ‘La sangre de tu hermano clama justicia’. Tu hermano pobre está clamando tu compromiso, qué hiciste… Y sabemos que cuando queramos entrar al cielo vamos a preguntar a Jesús dónde lo vimos… y es en el hermano, ahí está Jesús”.
Abrazar la fragilidad y aprender de ella
Desde su cotidiano trato con los más humildes, Toler asegura que, si Concordia les da la espalda, “se pierde una de las riquezas más lindas que tiene, por no animarse a abrazar la fragilidad”. A modo de ejemplo, se acordó de sus diálogos con jóvenes atendidos por la pastoral de adicciones en Juan XXIII: “Ir a charlar con esos jóvenes un ratito, te permite ver qué riqueza que tiene el otro por más que esté herido. Tienen una experiencia de la vida, del dolor”.
El cura ha experimentado que hay mucho por aprender de las familias de las barriadas. “Días atrás vinieron jóvenes de toda la zona a misionar en los barrios, y tenían miedo… En sus familias les decían que llevaran chalecos anti bala. Pero estuvimos en el Barrio Los Gurises y los jóvenes se fueron enamorados, porque las familias de los barrios te abren el corazón, y también tienen una fe que las sostiene, una frescura en los ojos, una mirada que contagia esperanza. Si Concordia se animara a no darles la espalda…”
Romper la “ola madre”
Una y otra vez, Toler insiste con la necesidad de mirar desde las “periferias” y no sólo desde el “centro”. “Si mirás desde el centro, podés hacer diagnósticos desde la peatonal, desde la costanera, pero cuando mirás desde las periferias, te aporta una mirada tan diferente desde lo humano, del otro, del encuentro, que es una riqueza que nos estamos perdiendo. Yo no lo cambio por nada y me apasiona, y creo que le llevó la vida a Andrés Servin, un tipo que no midió la entrega. Porque cada pobre tiene una riqueza humana, la riqueza del barrio”.
Sus últimas palabras se centraron en la esperanza para “romper la ola madre”. “Hay que sostener viva la esperanza. Cuando Jesús dice ‘naveguen mar adentro’, en el mar hay que romper la ola madre, que es la que te tira hacia la costa, hacia la seguridad y la comodidad… Y Concordia está en ese momento. Si nos dejamos vencer, nos van a llevar puesto, como dicen los gurises. Pero si nos animamos, con el compromiso, vamos a romper esa ola y Concordia se anima a despegar y va a haber un futuro para todos”.
Fuente: El Entre Ríos – Oíd Mortales Radio