Sergio Logares: “en el aula está la posibilidad de hacer maravillas”

21584738_10214029770719873_1185171909_n El actual director del Instituto Superior “Santo Domingo”, de Córdoba Capital, estuvo en el Instituto de Profesorado “Concordia”. Dictó tres conferencias. “El docente tiene esa enorme responsabilidad de dar clases, de cambiar y torcer el destino de quien tiene al frente”, indicó.

La tarea educativa conlleva renovados desafíos. Son tiempos donde es necesario volver a mirar a los alumnos, tomar conciencia de quienes están ante los ojos del docente, revisar las prácticas educativas, desafiar nuevas metodologías de trabajo y de evaluación.

Un buen docente, entre otras cualidades,  debe tener la osadía de “descolgar” su título y embarcarse en una capacitación permanente que lo reposicione según un perfil de alumno que evoluciona permanentemente.

La semana pasada, en el salón de actos del Instituto de Profesorado “Concordia” se desarrolló una jornada de capacitación interinstitucional orientada a los docentes de las cuatro instituciones que comparten el edificio: la Escuela Primaria N°92 “Monseñor Ricardo Rösch”; Bachillerato Humanista Moderno “Monseñor Doctor Roberto J. Tavella”; el Instituto de Profesorado “Herman Septimio” y el  Instituto de Profesorado “Concordia”.

Sergio Gabriel Logares fue el disertante de una jornada intensa, divididas en tres presentaciones. El docente es, actualmente, director Pedagógico de la Fundación “Santo Domingo” de Córdoba. Se ha capacitado en Enseñanza para la Comprensión en WIDE Word (Universidad de Harvard). Es Ingeniero en Sistemas de Información (UTN) y Máster en Informática Educativa (UNED).

La primera conferencia, bajo el título “La enseñanza para la comprensión: una teoría para la acción”, repasó un marco teórico que nace en la Universidad de Harvard como un intento de cristalizar las buenas prácticas docentes que favorecen la comprensión, de modo tal que puedan ser aprovechadas de manera reflexiva por otros profesionales de la educación.  No se trata de una teoría, ni de una metodología, sino de un marco que orienta la reflexión docente.

“En busca de la clase perfecta” fue el título de la segunda presentación. La ponencia recorrió situaciones áulicas y propuso una serie de señales a la luz de la Enseñanza para la Comprensión, a fin de comprobar si se está en el camino correcto.

Finalmente, abordó un tema de interés para docentes y padres: “Enredados en la red”. El docente de nivel primario y secundario, capacitador y consultor en Enseñanza para la Comprensión y TIC aplicadas a la educación aportó una “caja de herramientas” para que las instituciones educativas emprendan acciones destinadas a mejorar la seguridad en Internet de sus alumnos y familias.

¿Con qué regresa a Córdoba? ¿Qué le dejó para la mochila de viaje su paso por Concordia?

S.L: “Me voy con una satisfacción enorme porque creo que ha sido una jornada muy productiva. Creo que, por lo menos, se han sembrado inquietudes. Se ha dejado gente a la que, aunque sea, se le ha sembrado la semillita de la inquietud para que sigan buscando. Eso siempre es bueno: revolver y volver a buscar”.

 

Para quién está en la tarea docente o al que se está formando para serlo. ¿Vale la pena intentarlo, por qué?

S.L: “El docente tiene esa enorme responsabilidad de dar clases, de cambiar y torcer el destino de quien uno tiene al frente. Sentir esa responsabilidad en la mochila hace que uno lo tome con mayor seriedad. Un poco la idea de la jornada de hoy es sensibilizar en eso. Podemos ser mejores, hacer grandes cosas y podemos ser más felices haciendo grandes cosas.

No hay cosa que haga más feliz a un docente que darse cuenta que sus alumnos entienden, comprenden las cosas, aman lo que él ama y es capaz de ser una persona de bien gracias al gesto, o a la pequeña palabra, o a la clase que él pudo darle alguna vez en la vida”.

Además de tu extensa y permanente formación académica, dar protagonismo al aula, al encuentro permanente con docentes y alumnos de distintos niveles. ¿Por qué?

S.L: “Hace 23 años que estoy frente al aula ininterrumpidamente y, por más que ahora me dedico a hacer muchas otras cosas como la parte directiva y la de capacitación, me niego a salir del aula porque yo creo que los chicos cambian a una velocidad que no se puede entender. Y si uno no está frente a los chicos, cuando uno quiere formar a docentes o hablarles a los padres, habla pavadas.

Si uno no está dentro del aula queriendo dar clases y observando clases reales, uno se va por la teoría y se queda con la teoría de lo que eran los chicos antes. Y hoy los chicos cambian todos los días, los recursos son nuevos, las formas de pensar son distintas y, si uno no está metido en eso, pierde conocimiento de la realidad y empieza a ser un teórico que, a lo mejor, se gana la vida dando charlas, pero sin dudas no puede transmitir la realidad de lo que en las aulas realmente ocurre”.

 

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