¿Quién fue Osvaldo Magnasco?

magnasco El 4 de mayo de 1920 fallecía este entrerriano, graduado en leyes, gran orador parlamentario, jurista, escritor y ex ministro de educación. Impulsó la educación técnica, aunque el mitrismo y la Iglesia frenaron sus proyectos.

Había nacido en Gualeguaychú, el 4 de julio de 1864. Se graduó en leyes y prontamente surgió como uno de los valores más eminentes de su generación. Se consagró como orador parlamentario, como jurista y como escritor. Poseía una profunda cultura latina y estuvo familiarizado con los clásicos. Actuando en la justicia militar fundó los consejos de guerra y el tribunal superior, del que formó parte como abogado asesor.

El presidente de la república, general Roca, en su segundo período, le confió el ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la Nación al que renunció como consecuencia de un resonante debate parlamentario que mantuvo con su comprovinciano, el diputado nacional don Alejandro Carbó.

«Desde ese cargo elaboró un proyecto de reforma educativa para sustituir el sistema implementado a partir de la Ley 1.420, sancionada precisamente, durante la primera presidencia de Roca (1880 – 1886). Consideraba Magnasco que el sistema universalista, enciclopédico y verbalista no respondía a las necesidades de la época, cuando el desarrollo del país necesitaba de más profesionales y técnicos para diversificar su economía que hasta el momento se sustentaba en las exportaciones de carnes y granos.

Su propuesta implicaba sustituir los bachilleratos comunes por un sistema de colegios secundarios descentralizados que respondieran a las características de cada región, con una considerable reducción de los contenidos humanistas, como la enseñanza del latín. Proponía en cambio incorporar «nociones elementales de trabajo agrícola, de trabajo y dibujo industrial y de química aplicada a nuestras principales industrias».

Pero no tuvo suerte con su audaz iniciativa. Los sectores influyentes de Buenos Aires, que concebían a la educación secundaria como mera preparatoria para el acceso a la universidad, reaccionaron rápidamente con una campaña de descrédito para Magnasco. El diario La Nación, representante del mitrismo opositor a Roca, se opuso a la reforma y lanzó denuncias contra el ministro. La misma actitud adoptó el diario La Prensa. La Iglesia también reaccionó negativamente ante la abolición del latín. Qué ironía la del sector clerical que en 1886 se opuso a la Ley 1.420 por establecer la educación laica, ahora la reivindicaba para oponerse a su reforma.»

Fuente: Archivo General de Entre Ríos – elentrerios.com

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