Leche, pollos y frutas, tres sectores en problemas

fruticulturaLamentos por una situación que por momentos se torna insoportable, tristeza por saber que se desaprovecha un potencial enorme e impotencia por no poder torcer el rumbo en el corto plazo. Éstas son las sensaciones que reinan hoy en las economías regionales, expuestas en primera persona por representantes de la lechería, la avicultura y la fruticultura.

El grave momento por el que atraviesan muchas actividades en el interior del país quedó de manifiesto en forma clara durante la segunda jornada del encuentro «Economías regionales. De la crisis a la oportunidad». La jornada fue organizada por La Nación con el auspicio de la Fundación Banco Ciudad. José Quintana, fundador de la consultora Economía Láctea; Felipe Carlevaro, productor avícola; Marcelo Loyarte, director ejecutivo de la Cámara Argentina de Fruticultores, y Carlos Sinesi, gerente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), fueron quienes hicieron oír su voz.

«La foto de hoy es realmente complicada. Las últimas estadísticas oficiales que hay hablan de aproximadamente 10.000 productores que quedaron en pie, cuando a principios de la década del 90 había unos 18.000», comentó Quintana, quien también dijo que en su momento los subsidios funcionaron, pero marcó que el problema fue el tiempo que tardaron en entregarse.

Por el lado de la industria avícola, Carlevaro comentó que él progresó mucho hasta que los precios de su producción empezaron a bajar. «La avicultura está, desde el punto de vista de los productores integrados, bastante mal. No juntamos el dinero para mantener las granjas y sólo podemos sobrevivir», explicó el productor.

¿Qué decir de la fruticultura, que este año debió tirar millones de kilos? Loyarte afirma que su sector sufrió la tormenta perfecta. «Veníamos con problemas de competitividad y en los últimos tiempos tanto la devaluación de las monedas de los mercados a los que nosotros exportamos, como la restricción de importaciones de Brasil y una serie de complicaciones operativas, hicieron que este año haya sido realmente para el olvido. Con un daño importante, con 350 millones de kilos que se tuvieron que dejar en las plantas porque convenía más que comercializarlas», se lamentó el directivo.

Sinesi señaló que el tipo de cambio supuestamente está algo retrasado, pero la mayor influencia que tienen en su actividad es la devaluación que tuvo Brasil, porque ese país es un gran formador de precio internacional. «Si ellos devalúan, van a bajar los precios y nos pueden molestar un poco», concluyó. Y detalló que la Argentina exporta a 70 destinos, los principales son China, Chile, Sudáfrica, Medio Oriente.

Más allá de esta realidad negra, los disertantes coincidieron en que el país tiene el potencial para sacar a las economías regionales adelante. Tal vez, la voz de Loyarte fue representativa de todos: «Pedimos al nuevo gobierno que nos ayude en sus primeros 30 días para que podamos levantar la cosecha».

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