Fernando Mendoza es el joven de Concordia que forma parte del contingente de 44 marinos que se encuentran a bordo del submarino «Ara San Juan», que desde el miércoles pasado no se detecta en los radares. Tiene 38 años, es el tercero en el orden de mando del buque, estudio en la escuela Técnica N°1, Brigadier Pascual Echague y actualmente vive en la ciudad de Mar del Plata con su esposa, Carolina Sosa y sus dos hijos.
«Es muy devastador cuando por las redes sociales te dan buenas noticias y después te enteras que son falsas», lamentó su mujer en diálogo con la prensa, haciendo referencia a un audio que circula en Internet y que «confirma» que el submarino ya fue hallado. «Yo creo que no lo hacen de maldad sino porque transmiten mal lo que escuchan y ante la emoción, se malentiende todo», agregó.
El miercoles 13 de noviembre, el submarino ARA San Juan volvía de Ushuaia a Mar del Plata cuando perdió todo contacto satelital; su última posición conocida fue en el Golfo San Jorge, a más de 400 kilómetros de la costa y desde entonces es buscado en la zona del golfo San Jorge, en el Mar Argentino, donde fue registrada su última posición. Con cuatro aviones desplegados -entre ellos, un P3 de la NASA y un Hércules C-130 de la Fuerza Aérea-, dos corbetas, un barco destructor, varios helicópteros, más de 500 marinos en los medios navales y aeronavales de búsqueda y otros tantos apostados en las distintas bases, la Armada no pudo localizarlo aún. Tras varios días sin señales ni rastros del ARA San Juan, la Armada Argentina informó el viernes que recibió siete intentos de comunicación durante el día en diferentes bases en la costa del país que habrían sido emitidas desde el submarino. No obstante, el hermetismo con el que se manejan, agudizan la incertidumbre y provoca que surjan todo tipo de especulación e información falsa.
El sábado 18, Carlos Mendoza, hermano del concordiense expresaba su alegría en la red social facebook al haber escuchado un audio de Wathssap que confirmaba que los 44 tripulantes se encontraban con vida y que el submarino había salido a flote. Sin embargo, horas más tardes, el audio fue desmentido. «Todavía no hay noticias que te pueda dar y hasta que él no esté a mi lado no te puedo decir nada. Perdón. Cuando él vuelva lo entrevistas directamente», remarcó la esposa de Fernando. «Esos audios son cosas que surgen de las redes y uno con las ganas de que aparezcan cree en todo lo que lee. Pero por el momento sigue la búsqueda intensa y no hay ningún tipo de contacto», agregó. «Nadie sabe quien envío ese audio pero creo que no lo hacen de maldad sino porque transmiten mal lo que escuchan y ante la emoción, se malentiende».
En el mismo sentido, los diferentes medios de prensa contaban alegres la historia de otro familiar de un joven porteño que aseguraba también que por mail le avisaron que el submarino fue interceptado por los radares. «Me volvió el alma al cuerpo», festejaba ese hermano. Tampoco era verdad. «Otra información que no es cierta, se mal interpretan las instrucciones. Se suponía que las señales satélitales eran de ellos, pero tampoco era seguro y para hacerlas tendrían que haber emergido», explicó Sosa. «Esa era la información que había, pero la gente ya salió a decir que el submarino está a flote».
Finamente, la compañera de vida de Mendoza recordó lo difícil que fue decirle a su cuñado que el audio que había escuchado era mentira y destacó que ella sólo se guia por el comunicador que la mantiene al tanto. «Insisto que no lo hacen de maldad sino que la información se interpreta de acuerdo a lo que cada familia quiere escuchar», añadió y entendió que a ello se le suma que la mayoría no está realmente al tanto de como funcionan las cosas. «Cuando vuelvan, ellos mismo podrán contar lo que pasó»
Diario Junio
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