Cayó el presunto asesino de la profesora

ASESINO El presunto asesino: Luis Castillo de 40 años empleado de Mafalda.

La muerte de la docente Teresita Galli, cruelmente asesinada en su propia casa de calle San Luis 1023, entro en fase de dilucidación tras la detención de Luis Castillo (foto) quien es el principal sospechoso del crimen por lo que se encuentra tras las rejas en estos momentos después de haber sido detenido al mediodía de ayer cuando salía de su trabajo en la Panadería y Drugstore Mafalda de la calle Entre Ríos, esquina 3 de Febrero, enfrente mismo de la tradicional Plaza Urquiza.

CÓMO CAYÓ EL ASESINO

Los datos con que se cuentan del presunto asesino arrojan un perfil bastante conflictivo tras ser reconocido como consumidor de drogas pero de una buena familia de trabajadores, honesta y reconocida en el barrio donde viven.

El principio del fin para Castillo estuvo dado en el extravío de la tarjeta de débito de la docente asesinada, Teresita Galli, en la camioneta de la panadería en la que trabajaba y que esta fuera encontrada por otro de los trabajadores de la empresa, conocido como “el mono” González quien ante tal hallazgo no dudo un instante en ponerlo en conocimiento de la dueña del negocio. La señora de Ortega, comunicó de inmediato la novedad a la Policía y en pocos minutos estaban funcionarios de la División Investigaciones levantando la información que le dieron González y su patrona.

Tras lo cual, se comunicó la novedad a los cuatro fiscales que fueron destinados por el Coordinador del Ministerio Publico Fiscal de Concordia, Dr. Costa, estableciéndose la oportunidad en que Castillo sería detenido.

Así al mediodía, se vio sorprendido cuando varios Policías lo rodearon y lo esposaron. Al requisarlo le encontraron un reloj “Rolex” propiedad de la docente asesinada. Inmediatamente se lo trasladó a dependencias policiales y quedó a disposición de la causa, incomunicado.

Tras de lo cual, los investigadores se llevaron las grabaciones de los DVR de los Ortega en los que, se dijo, están registrados los movimientos que hizo Castillo, antes y durante el asesinato de Teresita. Uno de los investigadores dijo que “resulta increíble la frialdad del detenido que siguió haciendo sándwiches (su trabajo en Mafalda) como si nada, cuando momentos antes había dado muerte a su vecina”.

CÓMO SE PRODUJO EL ATAQUE A LA VICTIMA

Al parecer hay una ventana de la panadería de los Ortega que da al patio de la docente asesinada y fue por este lugar por donde Luis Castillo se escabulló hasta allí, para ingresar a la casa y toparse con la dueña, lo que sucedió en esos momentos sólo puede reconstituirse por la autopsia que revelaría que la víctima fue sofocada con una soga, tormento aplicado para que diga el lugar donde guardaba el dinero, finalmente y con el aparente fin de que no lo reconozca el asesino no dudo en asestarle varios golpes en la cabeza hasta dejarla exánime, ya muerta luego del brutal castigo.

Tras lo cual, el ladrón ya convertido en asesino, volvió a trepar hasta la ventana y de allí ingreso a la Panadería donde siguió haciendo su trabajo de confeccionar los sándwiches de “Mafalda”.

Al poco rato de cometer el hecho (se estima en menos de media hora) ya la calle se convertiría en un pandemónium con la llegada de patrulleros y móviles policiales de Criminalística e Investigaciones.

Según dicen, fue el propio Castillo el que abrió el portón de la Panadería a los funcionarios policiales que buscaban a los encapuchados y este adoptó dotes histriónicas al teatralizar “qué bárbaro, qué hijos de puta, cómo van a matar a una pobre mujer”.

EL BOTÍN

Contrariamente a lo que esperaba, el asesino no pudo levantar mucho dinero, sino unos pocos pesos de cambio que disponía la mujer, la que tenía su dinero depositado en el banco y extraía lo que necesitaba de su tarjeta de débito, la que Castillo embolsilló, así como encontró el lugar donde guardaba sus joyas, las que rapiñó antes de darse a la fuga. Tras la lluvia había dejado la huella de sus zapatillas en el barro, lo que ahora se constituye en una prueba relevante en su contra ya que al ser detenido se comprobó que las suelas de sus zapatillas coincidían con las que la División Criminalística había levantado en el lugar.

DESHACERSE DE LAS PRUEBAS Y REDUCIRLAS

Por la tarde del mismo día del crimen, Castillo se hizo presente en la Joyería La Delfina, de la calle Catamarca al 200, donde dejó en consignación de venta las joyas robadas en la casa de Teresita. Ayer, al tomar conocimiento de los hechos, el dueño de la joyería se hizo presente en la Departamental Concordia a efectos de entregar las joyas ya que reconoció como quien se las dejó para venderlas tras la publicación en las redes sociales y en varios medios de los datos e incluso fotografías de Luis Castillo.

CÓMO CONSIGUIÓ EL TRABAJO

Según los datos que pudo recabar EL SOL-Tele5 el asesino había sido cocinero en un conocido club de Concordia. Consiguió su trabajo en Mafalda a través de una vecina que lo recomendó a Ortega, el que lo tomó porque le pareció “un buen chico”, aparte venía recomendado por una familiar que tenía empleados a sus padres, a quienes incluso les confiaba las llaves de su propia casa y dijo que eran “mas que buenas, excelentes personas”, pero a la luz de lo sucedido había decidido cambiar las cerraduras de sus puertas y agregó “ya no se puede confiar en nadie”.

¿TUVO UN CÓMPLICE?

Ayer no se descartaba que hubiera tenido un cómplice pero las publicaciones en redes sociales de la foto (incluyendo la de su esposa e hijas menores de edad) del “Mono” González acusándolo de ser el cómplice cuando en realidad fue quien encontró la tarjeta de débito de Teresita dentro de la camioneta de reparto de Mafalda y comunicó esa novedad a la dueña ha sido un daño colateral de la investigación y del apuro por informar sin tomar en cuenta las precauciones que se deben tomar antes de acusar a alguien de un delito.

LA MADRE CON UN ATAQUE DE PRESIÓN

Al momento del allanamiento de la vivienda de la calle Corrientes al 500, la madre del presunto asesino, sufrió un ataque de presión que llevó también a que se produjera la falsa noticia de que había muerto y fue tal la confusión que, incluso, desde el Ministerio Público Fiscal, una fiscal que no estaba a cargo de la causa informó a un periodista de EL SOL que efectivamente la madre había muerto consecuencia de ese ataque. Sin embargo, la noticia, por su trascendencia no podía ser publicada sin tener una confirmación oficial. La mayor parte de las fuentes supuestamente confiables como el encargado de prensa del hospital Masvernat no confirmaron la muerte de la madre pero tampoco la negaron, dejando la cuestión en una nebulosa. Finalmente, en los primeros minutos de hoy, se confirmó que la noticia era falsa, la mujer no murió, aunque sí sufrió el ataque de presión.

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