Acompañado por ocho gobernadores, el ministro del Interior y dirigente de La Cámpora, Eduardo “Wado” De Pedro, dio a partir de este sábado un nuevo paso en la carrera para posicionarse como eventual candidato presidencial o a gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Después de la gira por España, de su reservada e inesperada reunión con el Papa Francisco y de la foto con el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, el alfil de Cristina Kirchner en la Casa Rosada empieza un nuevo recorrido internacional, esta vez en Israel, junto a una mayoría de caciques peronistas: Raúl Jalil, de Catamarca; Gustavo Bordet, de Entre Ríos; Gildo Insfrán, de Formosa; Ricardo Quintela, de La Rioja; Arabela Carreras, de Río Negro; Sergio Uñac, de San Juan; y Alicia Kirchner, de Santa Cruz. Rodolfo Suárez, de Mendoza, es el único representante de Juntos por el Cambio.
La “misión” transcurrirá entre encuentros con funcionarios del gobierno de Israel y contactos con las principales desarrolladoras de tecnología de manejo del agua locales, en un país de avanzada en el sector. Fue organizado hace meses junto a la embajada israelí en la Argentina, a cargo de Galit Ronen, y el Consejo Federal de Inversiones (CFI), el centro de histórica convergencia de los gobernadores, representado en el viaje por su titular, Ignacio Lamothe. También están el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez; y el de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus.
La comitiva se organizó en torno al “plan de desarrollo federal” que impulsa De Pedro y que se transformó en su principal caballito de batalla mientras levanta el perfil a nivel federal y cultiva, al mismo tiempo, sus vínculos internacionales. Hace dos semanas viajó a Roma con la excusa de un encuentro de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, según sus siglas en inglés), pero el motivo oculto era mantener una audiencia con el Papa, que en principio se mantuvo en secreto.
Antes, el ministro había estado durante una semana en España, entre Barcelona y Madrid, donde se presentó ante importantes funcionarios locales y nacionales. Y esta semana sumó al listado una sugestiva foto con el embajador Stanley, que a su vez se había encontrado con Cristina Kirchner. Y durante los próximos meses probablemente realice otros viajes estratégicos.
Sin embargo, en su entorno prefieren evitar las referencias a su plan de posicionamiento para las elecciones de 2023. Las candidaturas todavía están lejos de definirse en el oficialismo, sobre todo en La Cámpora. Reina la reserva en el contexto de flagrantes diferencias entre el sector que lidera Cristina Kirchner y el ala de Alberto Fernández, que se agudizaron en los últimos días, por la jugada de la vicepresidenta en el Senado por un lugar en el Consejo de la Magistratura. Por ahora, la lista de presidenciables y aspirantes al sillón de La Plata es larga e incierta. Y todos los dirigentes dan por sentado que la interna del Frente de Todos se agitará aún más hacia el cierre de listas del año que viene. Por ahora, nadie quiere plantearse con claridad como postulante.
Sin embargo, es un secreto a voces que el ministro camporista se perfila en esa dirección. Con despacho en la planta baja de la Casa Rosada, hoy mantiene buena relación con el primer mandatario y busca dejar atrás el quiebre que provocó la presentación de su renuncia por la derrota en las PASO. Pero el vínculo está atravesado por la desconfianza y parece frágil mientras sigue cortado el diálogo entre el Presidente y la vicepresidenta por las diferencias sobre el programa económico y las disputas por la toma de decisiones en el gobierno.
En este contexto, la presencia de los gobernadores peronistas no es un dato menor. Aunque está disimulada, existe una competencia en la Casa Rosada por el vínculo con las terminales de poder en el interior del país. El jefe de Gabinete, Juan Manzur, organiza el respaldo a la figura de Alberto Fernández desde que arribó a la Casa Rosada luego de tomar licencia en la Gobernación de Tucumán. Y dedica buena parte de las horas de su agenda a regar las relaciones con sus pares de las provincias, con quien mantiene un vínculo muy cercano por su experiencia en común.
De todas formas, en la disputa por el apoyo del PJ en el interior hay matices. Hoy Manzur responde a Alberto Fernández, que lo nombró con el visto bueno de Cristina Kirchner en 2021 para dirimir la crisis política post-elecciones legislativas. Y en su entorno aseguran que trabaja para su reelección. Pero el tucumano tiene sus propios planes presidenciales, que se animarían –al igual que los de otros gobernadores- en caso de que la figura del primer mandatario se diluyera en la continuidad de la actual crisis económica y social.
Para matizar cualquier lectura de roces en ese sentido, antes de viajar a Israel De Pedro se ocupó de visitar el despacho de Manzur, junto a Filmus, y dos de los gobernadores que integran la comitiva: Insfrán y Jalil. El encuentro, dijeron vagamente, “sirvió para definir los lineamientos de esa misión tendiente a mejorar el desarrollo productivo y la innovación tecnológica en sistemas de riego”.
Las actividades previstas en Israel empiezan hoy con una recorrida cultural, en Jerusale?n, al Muro de los Lamentos, el Monte de los Olivos, y la Iglesia del Santo Sepulcro. Por la noche, la comitiva participará de una cena de bienvenida, donde Filmus y Domínguez brindarán sendos discursos junto al empresario argentino Chelo Tunik, uno de los fundadores de la empresa Netafim, que utiliza tecnología de riego por goteo.
La visita se prolongará hasta el jueves entre recorridas por plantas desalinización y filtrado; por emprendimientos de captura agua de río, de riego, de fertirriego e invernaderos inteligentes y reservorios. Y actos simbólicos como la visita a Yad Vashem, la institución oficial israelí constituida en memoria de las víctimas del Holocausto, y la visita al Centro Peres para la paz y la Innovación y al Instituto de Ciencias Weizmann (Rehovot), ambas en Jerusalén.
Fuente: Infobae – elentrerios.com