Panaderos aplicaron una suba de $300 en el kilo de pan y ahora se vende a $2.000. Además, una factura cuesta alrededor de $500. Desde el Centro de Panaderos detallaron la situación del rubro.
La bolsa de harina registró un nuevo aumento y en la capital entrerriana incrementó un 33 por ciento su valor y se vende en unos 16.000 pesos. Es por ello que en Paraná y alrededores el kilo de pan se consigue a 2.000 pesos. La suba también fue atribuida al alza de los costos de producción y los servicios, como la luz y el gas.
Al respecto, el presidente del Centro Panaderos, Gustavo Satler, informó que “desde la tercera semana de diciembre que no teníamos aumentos en el precio de la harina, sí en otras cosas. Ahora, el acumulado es un 33 por ciento”.
En este sentido, destacó que “la bolsa de harina en este momento tiene un valor de 16.000 pesos, antes estaba 12. 000 pesos”. Acotó que en las panaderías siempre “se va detrás de las subas. Las otras materias primas como grasas, aditivos, jaleas y demás, también sufrieron subas en su momento”.
Al hablar de la situación actual, Satler mencionó que otros de los factores que inciden en la suba de los productos, es el aumento de la energía eléctrica: “el bimestre pasado donde sufrimos una suba del 162 por ciento y en el gas es del 499 por ciento”.
Sobre el precio del pan, informó que “el kilo de pan subió 300 pesos. Ahora se vende a $2000. Los clientes entienden porque todo sube”. Y comentó que algunos compran por importe de dinero y otros por kilo, “a veces llevan un poco de galleta y más pan”, dijo.
“Siempre vamos detrás de la inflación, tenemos el costo de la suba de la energía, gas y demás, pero siempre tratamos de no trasladarle todo al cliente”, explicó y amplió que sin contar el pan o la galleta, “el producto que más se vende es el chipá, algo que está en auge, aunque el valor agregado del queso es mayor. El ¼ está 3.000 pesos”.
“El kilo de facturas está en 5.400 pesos y por unidad uso 400 pesos”, dijo al asegurar que las ventas están constantes respecto a lo que fue el año pasado. Y agregó que “hay menos diferencia entre lo que se consumía en verano y en invierno”.
EL ONCE