El móvil policial de La Criolla llevo adelante una persecución en la siesta de este lunes. Dos jóvenes cosechadores de arándanos fueron detenidos. Tenían antecedentes por otros ilícitos.
Hablar del suicidio nunca ha sido fácil. Tanto porque orilla con la muerte, ese gran misterio que nos interpela, como porque emerge como una derrota de la vida, que nos llena de consternación e impotencia.
Pero los expertos recomiendan justamente lo contrario: atreverse a hablar. Es una de las premisas de las que parte el sacerdote Cristian Arévalo, párroco de Los Charrúas, de La Criolla, y asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Concordia.