En Colonia La Paz, Blanca Rosatelli es mucho más que «la mujer del mecánico». Su pasión por escribir le viene desde su niñez, en Los Charrúas. Publicó un libro de poesías y prepara una novela ambientada en Concordia.
Era un sábado por la tarde de otoño. La gente hacía sus actividades: los niños del barrio se juntaban desde temprano a jugar, como siempre, en la casa de la esquina.
En mi hogar estaba mi familia. Mamá se paseaba de aquí para allá, “a las carreras”, lo que se dice, andar con prisa. Papá en cambio, estaba delante de nuestra casa, arreglando algunas cosas del negocio…
Hablando desde un celular me encontraba yo… Había decidido que la tarea que nos asignó el profesor de la Facultad, que escogiéramos a una persona y preguntáramos sobre su vida, la completaría con Blanca Rosatelli -la mujer del mecánico-. Entonces, me atreví a llamarla y a hacerle la invitación.
Tras una corta pero emotiva conversación y llena de palabras de agradecimiento, sorpresa y alegría, escucho de repente un…
– A las cinco, ¿te parece?
Era la respuesta de Blanca a mi petición de encontrarnos para que me contara su historia.
Cinco en punto me encontraba en el frente de su casa, donde me recibe su esposo
– Pasá, pasá, debe estar ahí adentro.
Adentro, efectivamente, estaba Blanca. Me miró con una sonrisa en el rostro. Estaba sentada frente a su computadora. Vaya uno a saber qué hacía. Enseguida se me ocurrió pensar: “Debe estar escribiendo“.
Sentada, ya más tranquila, superados los nervios por no saber cómo sería el encuentro, le comento a Blanca sobre mi actividad y, como para pasar a le entrevista propiamente dicha, le pregunto:
– ¿Arrancamos?
– Claro.
Encendí el grabador, lo acerqué hacia ella, y comenzamos:
– ¿Cómo te llamas?
– Blanca América Rosatelli.
– ¿Dónde naciste?
– Nací en Colonia San Justo, en un campo que se llama Las Palmitas. En ese tiempo era colonia, ahora es un pinar, cruzando la ruta 4.
– ¿Fuiste a la escuela?
– Si, hice la primaria en la escuela Nº 171 «Hernando Arias de Saavedra», y después de grande hice secretariado en la academia LANDER, hace 40 años, en Concordia.
– ¿Cómo se llama la academia?
– LANDER. No sé si existe en este momento.
– ¿A qué edad fue?
– Y… yo tenía 20 años, 22, porque estudié dos años el secretariado… También estudié canto y guitarra, pero no terminé de hacer el curso.
– Hablemos de la infancia. ¿Qué recuerdas de ella?
– Yyyy… mi infancia fue muy linda, la recuerdo muy linda. Somos 7 hermanos, vivíamos muy felices juntos, mis padres cumplían muy bien su rol. Nos mandaron a la escuela; cada uno cumplía su rol, el de padre y el de madre. Nosotros éramos sus hijos sin muchos problemas ni preocupaciones. Nos enseñaron a trabajar.
– ¿Qué era lo que te hubiese gustado hacer de grande?
– Me gustó siempre… Me gustaba cantar. Estudié canto y guitarra también.. Cuando estuve en Concordia, estudiando el secretariado, estudié canto y guitarra. Poco tiempo, como un curso.
– Y, ¿además de cantar?
– Me gustó siempre escribir y leer. ¡Muchísimo!
– Eso es importante.
– Siempre me gustó, toda mi vida.
– Y, ¿leías mucho?
– Creo que lo que más me enseñó la vida fue leer. Hoy en día es todo muy diferente. Antes tenías los libros, las noticias; ahora tenés la computadora, televisor, tenés otras formas de información con respecto a las que teníamos antes.
– ¿Qué leías vos, particularmente?
– Yo leía muchas novelas, muchísimas novelas, me gustó mucho A. J Cronin, no recordaría bien el nombre ahora…
– Entonces, ¿quién era Cronin?
Un escritor del año 1900, un novelista y médico me parece, creo recordar; hace mucho que no tengo los libros de él. También leí mucho sobre la Revolución Francesa.
– La revolución francesa. En el colegio hablamos sobre la revolución… y sí… era un poquito complicada para mí. ¡Qué sorpresa! Cambiando de tema, ¿qué lugar te gusta?
– ¡Los Charrúas! Ahí crecí y es ese el lugar que más me atrae… Es el pueblo interesante, tiene mucha historia… pienso que algún día, a lo mejor, vuelva a vivir ahí.
– ¿Cómo fue que llegaste acá?
– Bueno, me puse de novia en el año 1970, me casé en el 73 en Los Charrúas y me vine a vivir aquí. A Colonia la Paz.
– ¿Hace cuantos años que estás acá?
– Y… hace 40… -duda-… Van a hacer 42 años en agosto.
– Y acá, ¿a qué te dedicaste?
– Ayudé a mi marido en el taller, crié a mis hijos, fui ama de casa toda la vida. Esa es la parte más importante de mi vida, que fue ver crecer a mis hijos.
– En el taller, ¿qué hacías?
– Bueno, lavaba los vehículos que había que arreglar, ayudaba también a desarmarlos. Me engrasaba bien jajaja. Mi marido desarmaba, yo lavaba y limpiaba las piezas.
– Y, ¿de tus hijos qué me decís?
– Miguel nació en 1974 y en el 84 Ariel. Yo considero que lo mejor que hice en mi vida fue criar a mis hijos…
– ¿Cómo está integrada tu familia ahora?
Bueno, Roque, mi esposo, Miguel, Ariel y yo… Ahora tengo mi nuera y dos nietos.
– ¿Cómo es hoy día tu vida?
– Linda, a estas alturas creo que pasaron mucho las responsabilidades, criar a mis hijos, ya ahora hacen cada uno su vida, ahora ya pasó la parte pesada, por así decirlo.
– ¿Entonces, qué haces ahora?
– Ahora me gusta mucho escribir.
– ¿Qué escribís?
– Escribo muchos poemas; siempre escribí muchísimos poemas. Tengo un libro.
A los poemas ahora los pongo en la computadora, porque hacer un libro es una cosa muy cara y hay que venderlos muy caro. Entonces, prefiero ponerlos en Facebook y que la gente lo vea desde ahí.
Ahora estoy escribiendo una novela.
– ¿Cómo se llama tu novela?
– «Amores equivocados».
– ¿De qué se trata esa novela?
Bueno, se trata de un hospital en Concordia, del personal de un hospital, digamos. Habla, más o menos, de hace 20 o 30 años atrás, en que empieza la historia… De cómo eran en ese tiempo las cosas a cómo son ahora. ¿No es cierto? Los protagonistas son dos chicos que terminaron medicina y se vinieron a trabajar a Concordia porque eran de acá. La chica fue criada por la abuela y antes de que ella terminara el estudio, la abuela falleció. Así que llegó sola a Concordia. Aquí se encontró con que la casa de la abuela la había comprado una doctora, que la adoptó como familiar a esta chica, la llevó con ella, pero la doctora era lesbiana y se enamoró. Ella la quiere mucho e intenta pero no puede corresponderle. Porque está enamorada del otro chico, el doctor. Esa sería la base, pero hay más protagonistas, que se relacionan.
– ¿Qué diferencias encontraste entre aquella época y esta?
– Por ejemplo, ahora hay mucho más libertad, principalmente en las mujeres. Hay otra forma de trato entre la mujer y el varón. Cosa que en ese tiempo la mujer tenía que estar en la casa, o ser un poco mas sumisa. Pero yo en ese caso lo hago muy moderno, estuve en Concordia un poco antes y la gente ahí ya era un poco como es ahora, digamos; en el campo tardamos más en modernizarnos.
– ¿Cómo se llama el libro que ya publicaste?
– Se llama «Cosas de la vida». Son poemas gauchescos sobre la zona, los arroyos, la naturaleza, un poco de amor.
– ¿Cómo fue que decidiste lanzar el libro?
– En mis familia todos somos un poco románticos; mis padres nos inculcaron la lectura, nos enseñaban a cantar. Nos leían muchos cuentos a la hora de dormir, papá los contaba en italiano y mamá los traducía. Tengo muy lindos recuerdos. Ellos nos hacían imaginar mucho.
– ¿Algo que quieras agregar?
– ¿Qué decirte? Bueno, ahora estoy en una etapa más tranquila de mi vida, me gusta ir a las reuniones de poetas, las ferias de libros que se hacen en todas las ciudades. Justamente ahora hay una en Concordia, pero no podré asistir.
– Por último, la pregunta del millón: ¿Sos feliz?
– Si, con todos los problemas que tiene la vida, te puedo decir que soy feliz. Siempre fuimos, siempre nos quisimos mucho con mi esposo, mis hijos son un orgullo para mí, los quiero mucho. Ahora también mis nietos, que preservan la felicidad de la vejez. Sí, soy feliz.
Blanca Rosatelli
Nació en los Charrúas, Dpto. Concordia, Entre Ríos.
Curso sus estudios primarios en la escuela Nº 171 Hernando Arias de Saavedra, Colonia San Justo (Los Charrúas)
Del año 1968 al 1970 curso dos años de secretariado en la ciudad de Concordia (Academia Lander).
Reside en Colonia la Paz, Departamento Federación, desde el año 1973.
Escribe poesía de carácter romántico y también referido al campo y su gente, tarea que empezó desde muy joven.