Un día como el de hoy del año 2003, un grupo de personas de Los Charrúas, encabezados por la docente Marta Smietiuch fundaron la biblioteca pública de la localidad. Desde hace años está reconocida por la Conabip.
La Biblioteca popular ¨Tierra de Inmigrantes¨ nació formalmente un 13 de noviembre de 2003 aunque comenzó a gestarse un tiempo antes en la mente de la docente Marta Smietiuch quien llevó adelante –y lleva- el comienzo de proyecto.
Marta lo contó de esta manera:
¨Este, 13 de noviembre, será un día más que importante no solo para mí sino también para la sociedad de Los Charrúas y zonas vecinas. Hace más de 15 años atrás percibía que la sociedad necesitaba una biblioteca, era una gran necesidad, entonces comencé con mí lucha, por supuesto acompañada por personas muy generosas que pusieron su granito de arena para que esta institución sea una realidad. En principio hice una investigación personal en bibliotecas populares cercanas, luego concurrí a la ciudad de Paraná para visitar la biblioteca provincial y recibir asesoramiento, hoy muy agradecida a la señora Silvia Biale, quién me acompañó en este proyecto, luego, en mí casa recibí la información legal que necesitaba de la mano de mí hermano del corazón, el Dr. Chiqui Reinante, quién también me sugirió al contador Angel Gusalli para llevar la contabilidad. Más adelante, teniendo una idea más clara de todo, le solicité un aula a mí querida ex maestra, quién en ese momento era directora de la escuela primaria, la Sra. Laura Lovatto de Lehr para organizar la primera reunión y conformar la primera comisión; salí a caminar por las calles del pueblo visitando vecinos y vecinas, entregando invitaciones. El 13 de noviembre de 2003 nos reunimos en la escuela 46, allí confirmamos la primera comisión, se plantearon varios nombres y a un grupo de jóvenes se les ocurrió TIERRA de INMIGRANTES, qué lindo nombre, fue y es como un homenaje a nuestros abuelos. Luego continuamos con las reuniones en la escuela, elaboramos el estatuto; el 13 de enero del 2004 el intendente de entonces nos facilitó un espacio físico en la estación del ferrocarril, allí comenzamos con sillas, escritorios y una estantería prestada por vecinos del pueblo. Los primeros libros los donó la señora Laura Martínez Pass de Cresto, quien en ese momento era senadora nacional y por colaborar mucho con la institución se la elige madrina. Se comenzaron a cobrar las cuotas de socios, a $0,50- en esa época, se compraban de a poco libros y materiales necesarios, fuimos al aserradero de Fracalosi para pedir maderas y don Justo Pens nos realizó gratuitamente las primeras estanterías. Seguimos con la lucha, no era fácil, todo costaba, había que obtener la personería jurídica, y así fue, ya para febrero del año 2005 se la obtuvo. Así que mediante juez de paz se habilitaron como correspondía los libros de socios y contables, ya el contador preparaba nuestro primer balance, todo debió marchar correctamente para recibir los aportes, que por ley les corresponde a las bibliotecas, de parte de la provincia. También fue necesario solicitar a la CONABIP el reconocimiento, así fue que en el 2009 lo obtuvimos, allí se produce un salto enorme en cuanto a la adquisición de bibliografía ya que comenzamos a concurrir a la feria internacional del libro todos los años subsidiados para la compra a mitad de precio. Fue tal el crecimiento bibliográfico que tuvimos que alquilar un nuevo local, el que también ya está quedando chico. El actual intendente nos donó un terreno, el cual fue votado en una sesión por unanimidad en el concejo deliberante, se están pagando los impuestos del mismo; la escritura está en marcha, ya tenemos 9 bloques o packs de ladrillos comprados, dos donados, también un plazo fijo en el banco. Falta, claro que falta, pero falta menos…
No cuento la parte mala de esta historia porque soy muy positiva, sigo hacia adelante, hubieron muchas espinas, trabas, pero todo está en manos de Dios. Sin duda, acá lo importante es lo que brinda la biblioteca, ver a los estudiantes buscar sus libros,renovarlos, usarlos, también a los demás socios, observar que cada día está más hermosa y más actualizada es lo que vale, es lo que importa. Me quedo corta con todo lo que relato en este escrito, no quiero aburrirlos, es sólo una pequeña parte de la historia, solo les pido que colaboren cuando comencemos con la campaña del ladrillo y otras. Gracias!!! Y eternamente agradecida a quienes me acompañaron y me acompañan, y a Jorge Pesaro, un genio defensor de las bibliotecas populares y representante de febipoer.¨
