Las petroleras definieron hace algunas horas un nuevo aumento en los precios de los combustibles en todo el país a partir de las 0 de mañana. La suba llegará al 10 por ciento.
El resto de las petroleras también aumentará sus precios. Entre las principales se encuentran Axion, Shell, Oil y Petrobras.
Se trata del cuarto aumento del año. Los anteriores, sin embargo, fueron menores, dado que rondaron el 6 por ciento. En diciembre del año pasado, la nafta súper de YPF costaba 13,01 pesos el litro. De manera que el aumento desde el último mes del año pasado será del 30 por ciento.
El ajuste permanente en los surtidores es una secuela de la devaluación de diciembre que convalidó el gobierno de Mauricio Macri, cuando levantó el cepo cambiario. Sucede que las refinadoras de combustibles venden su producto en pesos, pero pagan por el petróleo en la moneda local, aunque atada al valor del dólar, que aumentó la devaluación.
Además, el precio del barril local de crudo está por encima del internacional, producto de un acuerdo entre las empresas con el apadrinamiento del gobierno para no frenar aún más la actividad petrolera en la Patagonia.
Bajó el nivel de venta
«Lo que sí sabemos es que este aumento corresponde a la suba del 30 por ciento para el 2016 -prevista en combustibles líquidos-, cifra que se pautó a comienzos de año entre el gobierno y las petroleras», explicó Amado antes de confirmarse la suba.
La suba se suma a la del seis por ciento registrada el 1º de abril último, otra de alrededor del seis por ciento en enero y otra del mismo rango en marzo. De este modo se llega al 18 por ciento de aumento, por lo que estaría faltando alrededor de un 12 por ciento para completar el incremento previsto para el año, que se puede dar en una, dos, o tres veces.
«Pensábamos que teniendo en cuenta el contexto y que la actividad del sector y en general está muy venida a menos, la nueva suba se iba a dar más adelante», acotó luego.
Amado afirmó que «los aumentos reiterados repercuten en el nivel de consumo de combustible y esto claramente afecta al sector. La gente tiene otras prioridades, comprar la comida de su casa, pagar la luz y, si puede ahorrar en algo, no saca tanto el auto».
«Febrero fue un mes flojo, en marzo se consolidó una baja de no menos del 10 por ciento en el nivel de ventas y pensamos que en abril, con esta catástrofe de 15 días de lluvia, inundaciones y la provincia semi parada (el sector trabaja mucho con los transportistas agropecuarios), la baja rondará el 30 por ciento», advirtió.
En tal sentido, manifestó su preocupación por cómo el sector estacionero afrontará las deudas, gastos y compromisos.
«Se destina entre el 60 y el 65 por ciento de los ingresos al pago de salarios», dijo al ser consultado, pero aclaró: «Por el momento las fuentes laborales no corren peligro».