Un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) advierte sobre la crítica situación que atraviesan los productores, transportistas y hasta ciudadanos que circulan por los caminos del país.
Según el estudio, sólo el 12% de la red vial está pavimentada, en un país donde más del 90% de la producción se traslada por vía terrestre.
La asociación lanzó su informe en paralelo a una aplicación electrónica que da cuenta de la situación del sistema vial argentino (app Caminos RURALES disponible para celulares, lanzada en colaboración del Ministerio de Agroindustria de Buenos Aires y el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Córdoba).
Así como el 12% de los caminos son de asfalto, el 82% son de tierra y el 6% están mejorados, y sólo en la pampa húmeda hay cerca de 270.000 km de caminos de tierra.
Según destacó David Miazzo, economista Jefe de FADA, las consecuencias recaen sobre todos, no sólo a los que viven del campo sino a todos como consumidores, ya que el mal estado de los caminos termina impactando en el precio de góndola.
«Por ejemplo con la leche, si el camión recolector que busca la leche no puede pasar por camino cortado o se le rompe por el mal estado al transitar, se van arrastrando costos que terminan incidiendo en el precio», destacó el economista. En relación al sector productivo, afirmó que las consecuencias son directas.
«Se genera imposibilidad de transportar leche, que en algunos casos se termina tirando; imposibilidad de transportar el ganado en el mejor momento; dificultad para entrar las máquinas a los campos para sembrar o cosechar en el momento indicado, entre múltiples ejemplos. Y además el impacto social, ya que la gente no puede ir a comprar la comida al pueblo o los chicos no pueden ir a la escuela», sostuvo Miazzo.
Se aclara que el 80% de los caminos terciarios se concentran en la pampa húmeda. Al no poder garantizar un óptimo tránsito por ellos, se provoca una pérdida de competitividad y caída en el ingreso de los productores. Según la Asociación Argentinas de Carreteras, las pérdidas por esta problemática ascienden a u$s 519 millones por año.
Cronista.com.