Meteorólogos argentinos dieron un panorama del verano que se viene para Entre Ríos y el resto del país. El pronóstico para los meses de enero y febrero.
Pero alertan también sobre posibles olas de calor, especialmente durante el próximo mes; y adelantaron que hay riesgo de que se desarrollen tormentas eléctricas.
«El fenómeno de El Niño provoca un calentamiento de las aguas del océano pacífico central, que derivan en una mayor temperatura y, por lo tanto, en una mayor evaporación que genera más precipitaciones que lo normal. Este año se está dando la situación inversa: el océano se enfría, hay menos evaporación y, en consecuencia, una menor cantidad de caída de agua. La explicación es que se avecina ‘La Niña'», precisó Juan Manuel Horler, ex presidente del Centro Argentino de Meteorólogos y profesor de Meteorología de La Plata.
Por esta razón, señaló que este verano habrá «más días con temperaturas altas y caerán menos milímetros de lluvia que lo normal y que años anteriores», aunque aclaró que es muy complicado proyectar con anticipación para un período tan amplio de tiempo.
Advirtió, además, que hay chances de que se registren «tormentas muy fuertes, con descargas eléctricas». En este sentido es que resalta la importancia de abandonar la playa cuando el cielo se ponga oscuro, a pesar de que el calor persista. «Es clave para evitar accidentes por rayos», insiste. Para eso, años atrás se creó una bandera específica que advierte que se está desarrollando este tipo de fenómenos.
Un verano «seco»
Ignacio López Amorín, meteorólogo y difusor del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), coincide en que la presencia de La Niña «tardía y de corta duración»- ya que arrancará en enero y no en la primavera como suele ocurrir y se extenderá hasta marzo y no avanzado el otoño- traerá más calor y menos lluvia.
Esto queda claro al ver las previsiones para el trimestre diciembre-febrero de la entidad, donde la mayor parte del país tiene entre 40 y 50% de probabilidades de superar las marcas promedio de temperaturas y a la vez, tener un período más «seco» que lo habitual. Sólo el noreste del país tendría un verano con lluvias superiores a lo normal.
En Mar del Plata, por ejemplo, el meteorólogo del SMN sostiene que se superarán los 14° de mínima y los 24° de máxima, que suele ser la temperatura promedio en diciembre. Para enero también está previsto que el termómetro sobrepase la media, que es de 16° de mínima y 26° de máxima En tanto, en febrero la temperatura pronosticada será mayor que los 15° de mínima y 25,5° de máxima, que se promedia en este período.
«En cuanto a las precipitaciones, existen altas probabilidades de que sean menores a las normales para esta época del año», destaca López Amorín. Es decir que lloverá menos de 10 días y 105 milímetros durante este mes; menos de 9 días y 98 milímetros en enero; y menos de 8 días y 70 milímetros en febrero.
Bajo este pronóstico a largo plazo de más temperatura y menos cantidad de precipitaciones, dicen desde el SMN que se pueden aguardar olas de calor, «especialmente durante enero con cielo despejado», remarca López Amorín. Y detalla que «el año pasado se dio una situación neutra, aunque hubo más lluvias que las esperadas por la manifestación de oscilaciones intraestacionales». Por su parte, en el verano 2015, se registró el fenómeno de El Niño, que también trajo bastantes precipitaciones.
Para Entre Ríos y el resto del país
El Servicio Meteorológico Nacional informó que «se mantiene el enfriamiento del océano pacífico ecuatorial central, si bien no es suficiente para definir una fase fría (La Niña)».
El organismo dio cuenta de que para diciembre, enero y febrero hay probabilidad de ocurrencia de precipitaciones normales o inferior a la normal sobre el centro-este del país y el centro y sur de Patagonia, mientras que podrían ser superiores sobre las provincias del NOA. Habría lluvias normal sobre el resto del norte y noreste del país, Cuyo y extremo sur de Patagonia.
Acerca del calor, para Entre Ríos y el resto del Litoral, se estima que las temperaturas serán normales para la época, mientras que serían más altas que lo habitual en Cuyo, Córdoba, La Pampa y oeste de Buenos Aires, provincias del NOA, norte y este de Córdoba, sur de Santa Fe, centro-este de Buenos Aires y Patagonia.