Gimena Juri, novia de Francisco Guerrero, el médico concordiense asesinado en La Plata, reconoció a los dos detenidos. “Con el que supuestamente disparó no dudó ni un segundo”, dijo un investigador.
La diligencia comenzó alrededor de la una de la tarde en el edificio de 61 entre 12 y 13, a donde puntualmente llegó Gimena Juri (30) y fueron trasladados los imputados desde las alcaidías donde están presos.
Primero Matías Ezequiel Jones (25) y, más tarde, Santiago Pereda Gamboa (32), fueron colocados junto a tres hombres de apariencias parecidas a las suyas, para que la joven -del otro lado del vidrio- indicara cuáles eran los sospechosos de haber participado en el sangriento intento de asalto del viernes 3 de abril en 66 y 116.
Fuentes judiciales y policiales confirmaron que Juri identificó a Jones como el conductor de la moto y a Pereda Gamboa como al autor del disparo calibre 32 que el viernes 3 de abril terminó con la vida de su novio.
EL CRUCE
Jones y Pereda Gamboa están alojados en alcaidías distintas y durante las ruedas no se cruzaron, pero sí se vieron las caras antes de que empezaran. Y el primero aprovechó para gritarle al otro, enfurecido, “me mandaste en cana”.
Si el incidente no pasó a mayores fue porque ambos iban con custodia, contaron quienes presenciaron el cruce.
Estos sospechosos fueron detenidos hace una semana, en seis allanamientos realizados en El Mondongo y Villa Argüello, después de que algunos testigos declararon haber escuchado a por lo menos uno de ellos admitir su participación en el crimen.
Los dos tienen antecedentes por delitos contra la propiedad y, en el caso de Pereda Gamboa, de nacionalidad peruana, purgó hasta el año 2013 una condena por el homicidio de un vecino de Villa Argüello, ocurrido en una pelea, en 2005.
Justamente, se cree que sería quien ejecutó a Guerrero de un tiro en el pecho con un revólver calibre 32, cuando el médico se negó a darle la billetera.
Al ser indagado por la fiscal Virginia Bravo Pereda Gamboa se negó a declarar, pero una actitud distinta asumió Jones.
Básicamente, dijo que la noche del asesinato estuvo en una reunión familiar, aportó nombres de testigos que pueden respaldar esa coartada y entregó su teléfono celular para que lo investiguen.
El hecho de que Juri lo haya colocado en la escena como conductor de la moto, complica seriamente esa estrategia.
En los allanamientos que hizo la DDI (a cargo de la investigación) no se encontró el arma homicida, pero los pesquisas consideran que los testimonios y otros indicios, como el secuestro de dos motos de características similares a la utilizada por los criminales (ver aparte), ayudan a suponer que el caso está “prácticamente cerrado”.
UNA CIUDAD CONMOVIDA
Guerrero era oriundo de la ciudad entrerriana de Concordia, cursaba la residencia de traumatología y hacía dos años que salía con Gimena. El día que lo mataron se dirigían a celebrar su cumpleaños, que había sido un par de días antes.
El crimen conmovió profundamente a sus compañeros del hospital Gutiérrez, pero también a los trabajadores de otros centros de salud (todos ellos protagonizaron dos movilizaciones) y al barrio El Mondongo.
Los vecinos renovaron su reclamo de más seguridad en reuniones que organizaron con autoridades policiales y municipales y una marcha hasta la Gobernación.