Escuchas telefónicas revelan que «Tavi» Celis manejaba una unidad municipal, en la capital entrerriana. Además, la banda disponía de varias pistas de aterrizaje. ¿Qué vínculos tendrían con el intendente Varisco?
«Ahí está, ¡llegó Papá Noel!». No eran las doce de la noche ni era Navidad, pero así se vivió el descenso de la avioneta procedente de la República del Paraguay en el campo de Colonia Avellaneda. Papá Noel era en realidad un piloto nacionalidad boliviana y la bolsa de regalos tenía la forma de paquetes rectangulares tipo ladrillos y contenían marihuana.
Así cayeron los Celis
Lo que siguió es historia conocida: policías federales irrumpieron en el campo, detuvieron a varias personas en el momento en que descargaban el cargamento de más de trescientos kilos de marihuana desde la avioneta y desarticularon completamente la organización narcocriminal que lideraban en forma conjunta, indistinta y alternativamente los hermanos Daniel Andrés Celis, conocido como «Tavi», y Miguel Ángel Celis, alias «Titi».
Los hermanos Celis lideraban una organización que operaba en distintos barrios de Paraná (Antártida Argentina, Paraná XVI y San Agustín) y extendía sus redes a las localidades de San Benito, Viale, Hernandarias, Nogoyá, Seguí e incluso hasta Santa Fe, Santo Tomé y Alto Verde. El negocio consistía en la venta de marihuana al menudeo en el aprovisionamiento a otras pequeñas estructuras.
Como suele ocurrir en este tipo de organizaciones, la estructura estaba constituida por grupos familiares, y por eso, junto con los hermanos Celis cayó el padre de ambos, Eduardo Ramón Celis; el hombre que los crió, Miguel Carmelo Leguizamón, su esposa, Miguela Valde; y María Fernanda Orundes Ayala y Yamila María José Corradini, parejas de Daniel y Miguel Celis, respectivamente, entre otras personas.
Fue el último gran golpe al narcotráfico, pero no tuvo nada de causalidad.
Investigación
Los efectivos de la Policía Federal y el juez Leandro Ríos llevaban varias semanas esperando el aterrizaje de la avioneta y ese episodio, el domingo 28 de mayo, marcó el punto final de una investigación que reveló un complejo entramado de vinculaciones y complicidades entre la estructura que encabezaban los hermanos Celis, con el poder político y con sectores de la Policía; y se sucedieron una serie de allanamientos y la detención, hasta el momento, de 22 personas.
En los últimos 14 meses se produjeron seguimientos, filmaciones, fotografías y cientos de horas de escuchas telefónicas que permitieron armar el diagrama de la organización y los roles que desempeñaban cada uno de sus integrantes. Pero la investigación podría decirse que tuvo su origen siete meses antes, el 26 de agosto de 2015, cuando la Policía de Entre Ríos llegó hasta una casa de calle Alemanes del Volga, en el barrio Paracao, con el pretexto de la búsqueda de armas en el marco de una causa por una tentativa de homicidio y, en cambio, encontró 1.772 kilos de marihuana en una caja térmica en el fondo de una vivienda.
Primero los vecinos contaron que la droga había sido llevada hasta allí en un camión volcador de la Municipalidad y después, el dueño de casa, Sergio Daniel Godoy, empleado municipal, se quebró diciendo que la droga se la había llevado una persona a la que solo identificó por el apodo de «Cebolla». Fue la punta del ovillo.
El 4 de abril, hace dos meses, Godoy fue condenado a seis años de prisión en un juicio abreviado en el que se le atribuyó el delito de almacenamiento de estupefacientes, es decir, el tribunal consideró que la marihuana no le pertenecía, sino que el hombre le aportó a alguien, que ahora se sabe era Celis, un lugar propicio para conservar y cuidar la droga.
Relaciones peligrosas
«Tavi» Celis pretendió emular a Pablo Escobar. Ese fue su error. Construyó su poder desde el asistencialismo en el barrio Antártida Argentina, ocupando el vacío estatal; y con gran astucia logró evitar a la justicia: enfrentó tres causas por delitos de narcotráfico y nunca fue condenado.
El año pasado quiso tomar el control del gremio de los trabajadores municipales, a pesar de que no es empleado municipal; y hasta que cayó en desgracia era común verlo por los pasillos del palacio comunal.
De las escuchas telefónicas recolectadas en durante los meses que duró la investigación surge que Celis habría aportado suma de dinero millonaria a la campaña electoral de Sergio Varisco a cambio de 40 contratos para allegados y la designación de dos personas de su confianza a cargo de la Unidad Municipal 2 Oeste: Hernán Jesús Rivero y Miguel Carmelo Leguizamón, aquel apodado «Cebolla», jefe y subjefe del área.
Ambos se encuentran detenidos. Su tarea, concretamente, era la de colaborar en el almacenamiento, distribución y venta de marihuana utilizando para ello camiones recolectores de basura afectados a la unidad municipal y que carecían del sistema de GPS, para evitar el seguimiento, localización y rastreo de los vehículos.
Traficaba con camiones del Estado
El articulador de esa negociación entre el equipo de campaña y el jefe narco fue Pablo Hernández, que llegó a ser concejal. El dato también surge de las escuchas telefónicas, y por eso el edil debió declarar hace unos días como testigo ante el juez Leandro Ríos.