Tras el anuncio de la reducción de la capacidad de los colectivos que transportan a los cosecheros del arándano al 50 %, el secretario general del Sindicato de la Fruta, Alcides Camejo, indicó al sitio Diario Junio que los contagios ya habían comenzado a producirse tanto en quintas donde se recolecta la fruta de exportación como en empaques de citrus. La entidad que agrupa a los productores de arándanos, APAMA (Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina) había anunciado la elaboración de un protocolo en conjunto con un centro infectólogo de jerarquía reconocida. No obstante, Camejo describió conductas entre los trabajadores que difícilmente estén previstas en ningún protocolo como juntarse a tomar mate o a comer juntos. Más allá de que es responsabilidad individual no protagonizar conductas de riesgo, Camejo indicó que el Estado y la patronal deberían controlar el respeto al protocolo. Sin embargo, el sindicalista sostuvo que a los empresarios «hay que marcarlos de cerca» dado que solo les interesa levantar la cosecha. «Y que el trabajador esté. Y sino viene a trabajar, no le pago», dijo. Apuntó en especial contra las empresas de servicios.
Camejo indicó que el riesgo de contagio no solo está presente en el momento en que los trabajadores viajan en colectivo.
Las nuevas medidas anunciadas por el municipio comenzarán a implementarse desde hoy y establecen una reducción del 50 % de la capacidad de pasajeros por colectivo. Además, una sola persona podrá viajar por asiento doble del colectivo, con las ventanillas abiertas y siempre con el uso obligatorio del barbijo. Pero los riesgos no terminan allí. “El riesgo está en todos lados porque se juntan a tomar mate, a comer juntos y después el distanciamiento para trabajar tampoco no es”, señaló. De hecho, Camejo –quien explicó que no tiene la representación gremial de los trabajadores del arándano pero si del citrus y la mayoría trabaja en ambas actividades- sostuvo que lo mismo sucede con los pocos zafreros del citrus que siguen trabajando a esta altura del año.
Pero en el sindicato detectaron casos en quintas en cercanías de La Criolla. Se trata de trabajadores que se contagiaban o familiares de los mismos. Han dado positivo y los empresarios son reacios a pagarles el día o a aislarlos a los trabajadores; a desinfectar o a cumplir con el protocolo”, indicó. Parafraseando una frase futbolística, remarcó que a los empresarios hay que “marcarlos de cerca” y que “solo les interesa levantar la cosecha y que los trabajadores se cuiden ellos”.
En septiembre, APAMA (Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina) anuncio que iba a comenzar la cosecha con un protocolo de Covid 19 en campos y empaques elaborado junto al centro del reconocido infectólogo Daniel Stamboulian. En el caso del transporte, por ejemplo, el protocolo establece que los colectivos de transporte del personal podrán ocuparse al 100% de su capacidad de asientos y que no podrá viajar ningún trabajador parado; el vehículo deberá tener a disposición un atomizador con alcohol al 70%; cada persona deberá desinfectar sus manos al subir al colectivo y antes de descender; se deberá mantener el colectivo ventilado durante el traslado y no debe detenerse a comprar comida o bebida en ningún sitio. Durante todo el viaje, los ocupantes deberán mantener colocado correctamente el barbijo o tapaboca y no deberán llevarse la mano a la cara. Si necesitan hacerlo, previamente deberán lavarse las manos con alcohol en gel. No se permitirá la ingesta de bebidas ni alimentos durante el viaje.
Pero, ¿quién tendría que controlar que se respete el protocolo? ¿El Estado o los empresarios? “La empresa tiene que hacer cumplir el protocolo y el Estado también tiene que estar presente”, dijo en referencia a la provincia y la municipalidad. En cambio, dijo que el control queda en manos de los empresarios a quienes “no les interesa nada: solo levantar la cosecha”. ¿Qué pasa cuando se encuentran con un caso sospechoso? Camejo dijo que no toman ninguna medida. “No cierran un día las quintas o los empaques para desinfectar y prevenir”, dijo.
Más adelante, recordó que la ambulancia del sindicato estuvo cuatro meses en el ingreso a Concordia por la ruta 015 y por la ruta provincial 22 controlando el personal de cosecha que viajaba a diario. Un día se activo el protocolo y un trabajador con síntomas fue trasladado al hospital. “Se hizo todo lo que se tenía y la persona se aisló. Después el hisopado dio negativo pero tenía algo de síntomas”, señaló. Camejo sostuvo que intentaban hacer valer la prevención más allá de que nos trabajadores reaccionaban negativamente insultándolos porque querían llegar rápido a la quinta o volver sin demora a sus hogares. “Hacíamos oídos sordos porque lo que hacíamos era prevenir”, indicó.
Camejo explicó que varios casos de contagios se produjeron en una quinta ubicada en el ingreso a La Criolla, cuyo ingreso se sitúa cerca de las vías del ferrocarril. “Es un campo grande donde se lleva a mucha gente e incluso a empresas de servicios que es a las que más hay que cuidar porque no toman los recaudos ni cumplen con los protocolos”, sostuvo.
Los contagios comenzaron a darse al interior de la localidad de 3.500 habitantes ubicada al noroeste de Concordia. De hecho, los representantes de la empresa llegaron a un acuerdo con el intendente Ariel Stuker para trabajar en conjunto y llevar a cabo medidas de desinfección. Camejo indicó que desde el sindicato habían denunciado los primeros casos y Stuker lo llamó para consultarlo. “Me puse a disposición para trabajar con él para prevenir”, recalcó.
Concordia
“Tenemos varios casos en un empaque de frutas cítricas a la salida al norte de Concordia. Hemos tenido varios casos y yo los he denunciado”, dijo. Los delegados de la empresa le pedían que Camejo fuese en persona a cerrar el galpón. Justamente, uno de ellos está aislado en estos momentos por Covid 19.
Así como destacó la preocupación y el llamado de Stuker, Camejo también remarcó que el intendente de Concordia, Alfredo Francolini, no se reúne con él ni lo llama; solo se reúne con empresarios. “Lamentablemente Francolini no recibe a los trabajadores; solo recibe empresarios”, señaló. “Capaz que no tiene el teléfono mío o no lo pueden conseguir ni el intendente ni el gobernador”, señaló con una pizca de ironía. No obstante, Camejo destacó que siempre está en contacto con el secretario de Gobierno, Fernando Barboza.
Diario Junio
